El alza y la (posible) caída de los pesos cruceros
- Sergio “Mono Magnético” Pruneda Animador de
- 26 ene 2017
- 6 Min. de lectura
Después de mucho pensarlo, llegué a una conclusión súper sana: ¿Para qué voy a andarles con mentiras, en esta primera columna que hago? Encontré que no correspondía, o sea, me haría de una súper mala fama si empezamos con el pie izquierdo mintiéndoles. Así que empezaré diciendo la verdad de una no más: cuando escuché por primera vez hace un par de meses atrás que la WWE traería de vuelta la división crucero, me llené de dudas: ¿será necesario?, ¿volverá a ser un título de “relleno?, ¿volverá a ser solamente un agregado en los programas semanales o en los PPV?

[endif]--Y es que disculpen, pero argumentos tenía de sobra para pensar en ello. ¡Claro que sí!, y es que a pesar de que el título crucero ha tenido a grandes e ilustres portadores a través de los años (tales como Brian Pillman, Chris Jericho, Rey Mysterio, Billy Kidman, Matt Hardy y Eddie Guerrero), no me puedo sacar de la cabeza la imagen muy pero muy venida a menos de la división sus últimos días de existencia el año 2007, cuando no existía una rivalidad notoria en torno al título, donde reinaban las defensas en peleas de múltiples oponentes y donde el punto más raro fue la entrega de este título a Hornswoggle. Nada en contra del pequeño personaje de verde, pero ¿qué seriedad podía tener un título así? Creo que la respuesta fue evidente, ya que con viento fresco el título (y la división) se esfumó.
Por eso la noticia levantó una serie de muy malos recuerdos en mí y cuestionamientos casi existenciales, no porque no me guste el estilo de lucha ni mucho menos, por el contrario, encuentro muy pero muy entretenido ese tipo de encuentros. Los recuerdos que me vinieron a la mente fueron respecto a la poca seriedad que le dieron en su momento a esa división, tal vez como consecuencia de que el estereotipo del luchador musculoso y poderoso (los conocidos como Powerhouse) es el que más vende dentro de la compañía, al menos en ese entonces. No es raro ver que a este tipo de súper estrellas se les da más tiempo en pantalla, las mejores y más llamativas historias y las mejores oportunidades, a pesar de que por su peso y tamaño es bien poco el arsenal espectacular o aéreo que pueden ejecutar… ¡ni siquiera aéreo!: recuerdo a muchos luchadores esteralistas de esas características cuyo movimiento final consistía en levantar el pie en posición recta para chantarle una suela en la cara al oponente, y sería…
Por suerte la realidad de la mayoría de los luchadores actuales escapa del bio-estereotipo del compadre grande y musculoso, que con tres movidas gana el combate (curiosamente, ahora cuando surge un compadre así, no gusta, no llega y el público lo abuchea y cataloga de bulto). Al contrario, ahora la tendencia del público es premiar el hecho de saber pelear y dar espectáculo por sobre lo impresionante que tu masa muscular pueda ser. Esto obliga a diferentes personajes del mundo de la lucha actual a desempeñar movidas y llaves cada vez más agiles y técnicas. Muestra de ello son luchadores que se escapan de la categoría crucero (aquellos que están raspando los 90 kilos) pero que pueden hacer un tope suicida o un salto lunar desde la tercera cuerda a pesar de tener más peso que tu conciencia, como por ejemplo Luke Harper o Kevin Owens.
Justamente esa tendencia es la que ha originado en los movimientos independientes de lucha alrededor del mundo, figuras de la talla de Kota Ibushi, Los Young Bucks o Zack Sabre Jr. Al ver alguno de esos nombres (entre ellos el de un chileno, el primero en trabajar para la WWE) dentro de la lista de contendientes del torneo denominado “Cruser Weight Classic”, se despertó en mí el interés. El Hype fue mayor cuando vi que era un torneo estilo “King of the Ring”, o sea eliminación directa mediante combate único hasta llegar a una final, en algo que rozaba en el concepto de un Copa Mundial de Futbol. Y ya el Hype reventó cuando supe que lo podría ver por el Network y que se iba a grabar ante el público de Orlando Florida, el mismo de las grabaciones de NXT el cuál debe ser uno de los más prendidos que hay.
El torneo pasó, con luchas dignas de cualquier PPV importante (en más de una ocasión vi peleas mucho más entretenidas que las que brindaban en su momento luchadores de elenco principal de la WWE) y el final fue emotivo e inesperado, o sea, ¡redondito! Pero, lamentablemente justo antes de terminar tal torneo, vino la noticia que hizo que le frío más gélido corriera por mi espinazo: el ganador sería no solamente el campeón del torneo, sino además campeón de la división que pasaría a manos del programa RAW, con cinturón y toda la cosa.

[endif]--¿Por qué mi drama, se preguntarán ustedes, si como se habían venido haciendo las cosas se notaba que la división estaba siendo manejada dignamente? La verdad es que quise darle el beneficio de la duda a cómo iban a manejar el talento de la división y me dije: “ya, tomarán a unos cuantos participantes del torneo y los juntarán con el resto del elenco haciendo que peleen todos contra todos, harán cosas espectaculares y peleas prendidas y emotivas como en el torneo, y no serán un relleno…”
Eso pensé…
En el último PPV de año, Roadblock, se llevó a cabo una pelea de triple amenaza entre tres de los participantes más populares y queridos del programa “CWC”, ¿y cuál fue el resultado?, casi el mismo que ha sido en todas las participaciones de los cruceros desde que subieron “a las grandes ligas”: público casi indiferente, historias muy mal llevadas y luchas que pasan a ser casi anecdóticas solamente… sin pena ni gloria.
¿Qué va mal? Sinceramente no sabría dar una respuesta concreta, pero eso de que se trate al grupo que actualmente participa en la división como algo “diferente” y que no interactúan casi con los miembros del elenco principal de RAW, puede ser un factor inicial en este tan preocupante escenario: el poner las cuerdas de un color diferente del resto de las peleas cuando ellos participan, no sé… como que me hace pensar que es delimitarlos y encerrarlos mucho, es como decirles “de este círculo no puedes salir”, y parece que así se lo toman, ya que veo que sus historias se estancan con acontecimientos que solamente los involucran a ellos y a nadie más del camerino, viendo al público cada vez más y más indiferente ante sus actuaciones y las historias que repiten los mismos personajes.

[endif]--El hecho de que de apoco vayan integrando luchadores esteralistas a la división (como Neville quien hizo su retorno con bombos y platillos después de estar algún tiempo lesionado, dejando a todos boquiabiertos al aparentemente haber cambiado de favorito del público, a un villano entre villanos) puede ser el inicio de una solución al desinterés del público, pero tampoco siento que sea el camino a seguir y que garantice éxito: creo que no debieran integrar luchadores a la división, la división debiera integrarse al elenco, pero con todas las de la Ley. Parece que se tuviera miedo de que un Swann o un Gallahger le hicieran pelea y le ganaran a un Miz o a un Rusev… Yo creo que demás que pueden hacer ese salto, considerando que la gente ya no compra la historia de los gigantes invencibles y, es más, responde positivamente ante el que impone su talento al peso ante el peso de los músculos… ¿no me cree? Pues bien, solo recuerde Wrestlemania XXX.
¿Cuál sería su solución para revertir el estado de esta división que camina por la cuerda floja hoy en día, y arriesga nuevamente con caer al olvido?: ¿dejar las cuerdas del mismo color durante todo el show?, ¿pasarlos a todos al SmackDown?, ¿otra que no se me haya ocurrido?... ¡Por favor comenta sobre este tema, ya que esto es solo mí opinión… generemos debate y conversación sana, ya que tal vez me estoy preocupando de más!!
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¡¡¡Saludos!!!
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